Constituyen para los hábitos en general uno de
los puntos claves de la dieta. En primer lugar, porque se ha englobado en este
grupo, además de los vegetales propiamente dichos, como la patata, y otros
alimentos que también tienen un contenido aproximado del 20 por ciento de
hidratos de carbono. Se permite así una mayor agilidad en los reemplazos.
Aparecen en este grupo (arroz y las pastas
italianas: ravioles, spaghetti, lasagna, gnocchi, capelletti, etc.) polenta.
Estos alimentos se pesan una vez cocidos. Hasta que se difundió el uso de las
bebidas tipo glucocar- bonatadas sin azúcar era frecuente ubicar las botellas
chicas standards de este tipo de bebidas (Coca-Cola, Pepsi-Cola, Indian Tonic,
Fanta, etc.) entre «vegetales C».
Esto se debe a que tienen un contenido aproximado
de 20 g de hidratos por botella y podría reemplazarse.
El amplio uso de los vegetales C hace que en
nuestro medio se lo indique con cierta amplitud. Se lo utiliza no sólo como
acompañante de la carne sino como plato independiente.
Legumbres
Entran en la alimentación habitual y son fuentes
de proteínas en muchos países.
Harinas, granos o fideos
Las harinas granos o fideos pueden ingerirse como
sopas o postres de leche. Por su contenido equivalente se incluyen en este
grupo las harinas amidodiastasadas, generalmente con un pequeño agregado de
cacao.
Los granos o harinas se utilizan en tres grupos:
cocidas como vegetales C, en amasados en forma de pan y como harinas o granos
propiamente dichos.
Fruta
Es el postre más aconsejado para los diabéticos.
Se utiliza en colación; mas rara vez en desayuno. Es indispensable que los
cítricos entren en alta proporción. La fruta B es equivalente a la mitad de
fruta A. Pueden usarse compotas preparadas con sacarina o equivalente.
Pan
Es el problema número uno de la dieta del
diabético y la fuente más común de las trasgresiones. El diabético que se
autodisciplina en el consumo del pan, tiene por lo general un desvío muy
tolerable en la dieta. El médico y el dietista deben discutir especialmente ese
punto con el enfermo y, en lo posible dar la cuota más generosa posible de pan.
Es útil su reemplazo por galleta, galletitas,
grissines, que al demorar más por la taquifagia permiten al enfermo la ilusión
de una mayor ingesta. Es necesario tener en cuenta que muchos de estos
reemplazos deben usarse en forma esporádica, pues al tener diferente contenido
en grasa modifican el contenido calórico de la dieta. Un reemplazante del pan
muy apetecido es la pizza. A título práctico una porción standard de pizza es
equivalente a 80 g de pan.
Azúcar y dulces
Es mejor prescindir de éstos, no porque sean
perjudiciales en sí, sino porque es más útil dar hidratos de carbono en
alimentos de mayor volumen y con vitaminas, minerales o proteínas. Por otra
parte, el gusto dulce se reemplaza por edulcorantes. De allí que es factible
preparar con estos edulcorantes o comprar en el comercio chocolate, compotas,
productos de pastelería, bebidas glucocarbonatadas o refrescos, postres, sin
usar azúcar.
Los
diabéticos cooperadores aceptan esta restricción sin problemas, al usar las
equivalencias. Por lo contrario, los diabéticos rebeldes.